sábado, junio 17, 2006

Retales de mi vida II: Sphynx

El artículo de hoy se lo voy a dedicar a un discobar de Vinuesa que lleva muchos años ya abriendo sus puertas a todo el que las quiera traspasar. La cuestión es que creo que Vinuesa, o la provincia de Soria en general, es el único lugar del mundo en que se emplea la palabra discobar. Igual que probablemente sea el único lugar del mundo donde todavía se le llama exclusiva al autobús de línea que une los pueblos con la capital del departamento o provincia.

La cuestión es que, por no desmerecer, lo que he hecho ha sido componer un soneto al estilo de los de los autores del Siglo de Oro. El ripio endecasílabo no es mi figura favorita, entre otras cosas porque es muy complicado, y nada más lejos de mi intención que ponerme a la altura de los excelsos vates de nuestro Siglo de Oro. Pero digamos que me parece una figura bastante completa y que, en caso de estar bien cuadrada y bien hecha, es probablemente la que de mayor sonoridad dota al arte de la lírica.

Sin más preámbulos:

¡Oh! Templo de la noche visontina
que esconde en sus paredes mi verdad,
cubriendo con su densa oscuridad
secretos de amistades y de inquinas.

Recogen tus incólumes esquinas
el paso inexorable de la edad,
la evolución trocada en novedad
que a cada vez que voy da en mi retina.

Las noches que se han ido entre canciones
dando la bienvenida al nuevo día,
lo sórdido escondido en tus rincones,
también entre tus muros la alegría,
y el sueño de varias generaciones
que a tí dieron su cénit y agonía.

Como además siempre he sido partidario del reformismo, y siempre de los primeros en aportar ideas, se me ocurre una petición para mi amigo Serge:

Al ínclito faraón
propongo yo para bien,
como próxima inversión,
que nos levante un harén.

Un Saludísimo.
Camino iluminado por Huichilobos >> 9:51 a. m. :: 0 Recuerdos...

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