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sábado, octubre 25, 2008

La crisis económica IX: Irak

Bueno, pues en ciernes ya de la refundación del capitalismo, como los grandes próceres del mundo mundial han dado en llamar al simposium ese que van a celebrar dentro de unos días, sigamos hablando un poco más de las causas de la crisis económica en que nos encontramos sumidos. Quizá no estaría de más que dichos próceres echasen un vistazo a estos artículos, o a cualesquiera de los infinitos similares que hay por la red, antes del simposium; por lo menos irían con una base real sobre la que discutir, y no el montón de falacias que vienen soltando en los últimos tiempos.

El tema de hoy es tan sorprendente como peliagudo: ¿podría existir alguna relación entre la guerra de Irak y la crisis económica?. La respuesta es sí. Veamos cómo y por qué.

En el año 2002, a la entrada del Euro, el tipo de cambio era 1€ = 0,7 $. A día de hoy, el tipo de cambio es 1€ = 1,5$. ¿A qué se ha debido este cambio?. Pues a muchos factores pero, sobre todo, a la guerra de Irak.

EEUU lleva ya varios años (5, si no recuerdo mal) con 130.000 soldados desplazados en Irak, aparte de todo el armamento y demás parafernalia que los mismos necesitan. Todo ello le supone al gobierno estadounidense un porrón de dólares todos los años. Y, claro, un gobierno liberal como el de Bush no va a aumentar los impuestos para pagarlo. Y tampoco va a emitir deuda puesto que, habida cuenta de que China ya está en posesión de buena parte de la deuda Yankee, y de que parece estar llamada a convertirse en primera economía mundial, tampoco es cuestión de ponérselo fácil: mejor que se lo curren ellos, a que lo consigan a base de comprar la actual primera potencia.

Así que la única forma que queda de financiar ese gasto extra del gobierno no es otra que la impresión de dinero, lo que conlleva dos cosas: la devaluación de la moneda (y de ahí la espectacular bajada en el tipo de cambio), y el aumento de la oferta monetaria en el mercado. Y este aumento de la oferta monetaria originado por la impresión de dinero para financiar la guerra trae asociada la bajada de los tipos de interés, con las consecuencias que ya he expuesto en anteriores artículos.

Por lo tanto, queda claro cómo y en qué medida se relaciona la guerra de Irak con la crisis económica en USA. Veamos ahora cómo se traslada a Europa.

Como digo más arriba, la impresión de dinero conlleva la devaluación de la moneda y la bajada del tipo de cambio. Al bajar el tipo de cambio, resulta que el precio de los productos USA, que internamente sigue siendo el mismo, para las empresas y consumidores extranjeros tiene una bajada considerable, puesto que con una misma cantidad de la moneda correspondiente, al cambio, se obtiene una mayor cantidad de dólares y, por tanto, se pueden comprar más cosas. De hecho, ha habido españoles aquí atrás viajando a EEUU esporádicamente a realizar grandes compras.

Lo anterior tiene una consecuencia clarísima: las exportaciones de USA hacia el exterior aumentan, mientras que disminuyen las de otros países que, por tener divisas más caras, no pueden competir en precios. Resultado: la guerra no sólo la paga USA; la pagamos entre todos, progres incluídos.

Obviamente, dado lo insostenible de esa situación para esos otros países, que ven así reducidas sus exportaciones, al final tienen que terminar optando por imprimir dinero ellos también para poder ser competitivos. Y así, en esos países se reproduce la misma situación que en USA: aumento de la oferta monetaria y bajada de los tipos de interés. Eso es lo que ha pasado con la UE.

La última pregunta que queda es: ¿y entonces, por qué ha variado el tipo de cambio?. Pues porque el BCE no ha impreso el dinero necesario como para que se volviese a la situación de partida; la impresión de dinero también conlleva subidas de inflación, y eso es algo a lo que en Europa se le tiene mucho respeto, sobre todo debido a las consecuencias que tuvo en el pasado, allá por los años 20. Así que se ha ido haciendo con menos alegría que al otro lado del charco, pero haciéndose de todos modos.

Y, bueno, por resumir, que sí, que la guerra de Irak está también en los orígenes de esta crisis. Y lo raro es que, para una vez que iban a llevar razón, no estén todos los progres del mundo diciéndolo a diestro y siniestro.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 5:07 p. m. :: 1 Recuerdos...

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lunes, octubre 20, 2008

Aquellos Maravillosos Años III: Indurina

Bueno, pues hoy cambio de localización para pasarme a Donosti entre los 1997 y 1998, que son los correspondientes a mi segundo año de carrera.

La Donosti que yo conocí en aquella época no tiene mucho que ver con la de ahora; el Boulevard todavía no era peatonal, el paseo nuevo tampoco, el paseo de la Concha no tenía carril Bici, Riberas de Loyola era un lodazal, Benta Berri poco menos, el Kursaal no existía (lo estaban empezando a construir) y tampoco existían muchos otros comercios y edificios que han ido apareciendo después, como si surgiesen de la nada. De hecho, mi universidad todavía no se llamaba Tecnun, como se llamó después, sino ESIISS y, ahora que lo pienso, la Avda. de Tolosa tampoco era como es ahora, ni el riachuelo que recoge todos los desechos del Diario Vasco bajaba dragado como baja ahora (olía a porquería las 24 horas del día). Por no hablar de las zonas de marcha, que han ido cambiando de vez en vez en el transcurso de los 12 años que hace que conozco la ciudad.

Aquel año me tocó vivir en un piso en la C/Bergara,que es una calle bastante céntrica de San Sebastián: sale del Buen Pastor y termina en Avda. de la Libertad. Hacia el final de la calle había una farmacia, que sigue estando, que es donde iba a pesarme todas las semanas las temporabas que me daba por ponerme a régimen. 14 kgs perdí aquel año entre las Navidades y el Verano, y lo rematé con otros 10 durante este último.

También fue el año que empecé a salir a correr por las tardes; tenía un compañero que hacía remo, y se pegaba todos los días una hora y media de deporte; estaba literalmente cuadrao. Unos días corría, otros hacía pesas, ... Y un buen día, un mes que me quedé sin dinero antes de tiempo y no tenía tabaco, le aposté tres cajetillas a que aguantaba 45 minutos corriendo. Y los aguanté. Y desde ese día no dejé de ir a correr en tres años, hasta casi terminada la carrera.

Con este mismo compañero hice los maratones de Expediente X algunos domingos por la noche, consistentes en apretarnos una pizza familiar cada uno y luego tragarse dos episodios consecutivos de la serie. También fuimos una noche, ya de madrugada, a la sede de su club de remo para ver un combate de boxeo en que se jugaban el título de los pesados; llegamos a casa a las 6 de la mañana.

Bueno, a lo que iba. El piso era una auténtica porquería; si te asomabas por encima del techo, había como una especie de rendija en la que se acumulaba la mierda desde tiempos ancestrales, y que era aprovechada por ejércitos de cucarachas para establecer su morada permanente. De vez en cuando salían a pasear por el pasillo, y esa era su perdición, puesto que la que tuviera la mala suerte de caer en nuestras manos moría incinerada.

En mi habitación, las noches que hacía viento, no había quien parase por culpa de los malditos ruidos que se generaban en el patio interior, que parecía que estuviese poblado por fantasmas, y la cama era tan mala que un buen día, hartuza de trabajar, se cogió la baja permanente y me hizo pegarme 2 meses durmiendo en el suelo.

Pero la aventura más entretenida de aquel año, y por la que escribo este artículo, es la de indurina. Huelga decir que aquellos eran los años en que Miguel Indurain todavía era Miguel Indurain.

Un buen día, a falta de un par de semanas para terminar el año, llega otro de mis compañeros, que también era deportista, y me propone ir a un centro comercial a comprarse unas pesas. Y fuimos. Después de pegarse un rato mirando el género disponible, y no decidiéndose por ninguna, decidimos ir a tomarnos una caña a la cervecería del centro comercial; con tan buena suerte de que si eran las 5 de la tarde cuando entramos, serían las 11 de la noche o más cuando salimos, con el cuerpo bien caliente ya.

A esas horas ya no pasaban autobuses, y nos tocó bajar a pata. Por supuesto, habíamos cogido provisión para el camino, aunque no recuerdo que llegase nada a casa. Y, en estas, en uno de los repostajes que hicimos, vimos una bicicleta estática que alguien había tirado al lado de un contenedor de la basura. Y, ni corto ni perezoso, mi compañero, viendo que parecía estar en buen estado (y, de hecho, lo parecía), se la echó al hombro y arrampló con ella hasta casa. 3 kms largos con la bicicleta al hombro.

El asunto tuvo su lado positivo: al día siguiente no tuvo que preocuparse mucho de la resaca, puesto que la espalda le dolía más que la cabeza. Y aún le dolió más cuando fue a montarse en la bici y vio que aquello no había forma de hacerlo dar pedales. Aun así, poniendo al mal tiempo buena cara, la bautizó como Indurina y fue nuestra compañera de fatigas durante las dos o tres semanas que quedaban.

En fin, batallitas que tiene uno.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 11:42 a. m. :: 0 Recuerdos...

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jueves, octubre 09, 2008

La crisis económica VIII: El segundo multiplicador

Bueno, en primer lugar, un par de matizaciones a los escritos anteriores.

Como ya dije en su momento, la bajada de los tipos de interés conlleva también un aumento en la asunción de riesgos por parte de la banca con objeto de mantener un mismo beneficio contable (es decir, conservar el status a través de un aumento de las ventas, pese a la bajada del precio); eso, en realidad, puede ocurrir en cualquier sector, y se debe a que la teoría no es más que eso: teoría. En la práctica, un demandante sí suele tener la opción de elegir entre comprar y no comprar; nadie lo obliga. Pero un oferente, ante una bajada de precios, no se va del mercado así como así; ya tiene una estructura montada, e intentará aferrarse a ella por todos los medios, asumiendo riesgos mayores a los que asumiría normalmente. Incluso asumiendo pérdidas. Y la banca, en una situación como esa, es un sector peligroso, ya que la demanda potencial es todo el mundo.

Por otro lado, hay una segunda cuestión en todo esto, y es que claro, la forma de fijar los tipos de interés que tienen los bancos centrales no es otra que aumentar la oferta monetaria, es decir, las existencias de dinero en poder del sistema financiero. Por lo tanto, cuando se dio la bajada de tipos, no sólo es que los bancos se vieran en la tesitura de tener que aumentar las ventas, es que, además, fueron invitados a ello a través de un aumento de liquidez.

Y dicho esto, pasamos a la temática de hoy. En el último artículo hablé del poder multiplicador del dinero de los bancos, un concepto que viene muy bien explicado en cualquier libro de economía básica. Hoy voy a hablar de otro multiplicador del dinero que yo no he visto nunca en los libros, pero sí en la vida real. Y que también ha jugado un papel muy importante en la amplitud de la crisis que tenemos encima, y lo juega normalmente en el dinamismo de una economía.

Bien, supongamos que yo tengo una empresa promotora de la construcción con un capital de 1 M€. Y supongamos que quiero emprender la construcción de una urbanización que tiene un precio de coste de 900.000€, pero a la que voy a sacar, una vez vendidas las viviendas, 1,2 M€; es decir, mi beneficio neto es de 300.000€. Y supongamos que desde que empiezo la obra hasta que todo está vendido y cobrado transcurren dos años.

Como hemos dicho antes, si construyo la urbanización poniendo dinero de mi bolsillo, es decir, del capital de la empresa, arriesgo 900000€ y obtengo 300000€ de beneficio, lo que supone una rentabilidad del 33,3% en dos años.

Ahora bien, supongamos que consigo que el banco me financie el 80% de la construcción; de ese modo, yo pongo 180.000€ y el banco pone 720.000€. El interés generado por el dinero prestado durante los dos años, suponiendo una tasa del 5%, supone un montante de 38.000€, lo que hace que el beneficio de la operación pase a ser de 262.000€ en lugar de los 300.000€. Sin embargo, como quiera que el riesgo asumido por mi parte no es de 900.000€, sino de 180.000€, resulta que la rentabilidad que obtengo para el dinero que he invertido es del 145,56% en dos años, es decir, 4 veces más que antes.

Y ... ¿cómo se come esto?.

Pues muy sencillo: en el primer caso, de un capital de 1 M€, invierto en el negocio 900.000 €, quedándome un remanente de 100.000 € que puedo destinar a otros negocios. Sin embargo, en el segundo, de un capital de 1 M€ invierto 180.000€, y me queda un remanente de 820.000€, de modo que mientras con el modelo inicial hago una sola promoción que me reporta 300.000€, en el segundo puedo hacer hasta 5 construcciones que me reporten, cada una de ellas, 262.000€, para un montante total de 1.310.000€, habiendo invertido una misma cantidad de dinero (900.000 = 5*180.000 = 180.000/0,20).

Y ese es el segundo multiplicador: donde antes sólo se producía uno, una expansión crediticia hace que puedan pasar a producirse 5. O 10, 0 20, dependiendo del porcentaje de fondos propios que el inversor tenga que poner.

Lógicamente, para que todo lo anterior sea posible, es necesario una relajación de las condiciones crediticias por parte de la banca; pero, claro, en un panorama en el que hasta un insolvente podía acceder a una hipoteca, ¿cómo se le iba a negar algo a una promotora o constructora, máxime habida cuenta de que todo se vendía (claro, hasta un insolvente podía tener acceso a una hipoteca...)?.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:12 a. m. :: 0 Recuerdos...

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La Pajín

Pues nada, a ver si consigo distender un poco el espíritu del blog con un artículo un poco más banal, y más venial, que los anteriores.

Resulta que andábame yo ayer en la casa de mis padres, en la Bella Easo (como las Magdalenas) y, en espera del placentero acto de deglutición de una suculenta comida preparada por mamá, estábamos en la cocina mi madre y yo haciendo algo que no acostumbro hacer con mucha frecuencia: ver la tele. Y es que la caja tonta y yo hace mucho tiempo que nos llevamos sólo regulín, regulán.

Es el caso que la programación del momento arrojaba las imágenes de Leyre Pajín en pleno acto de éxtasis electoralista escenificado en una larga arenga a sus acólitos cántabros, incluyendo todos y cada uno de los manidos tópicos que en un discurso de estas características suelen concurrir. Y en estas que a mi madre le dio por preguntarme si no me gustaba la doña. Y no lo preguntaba en un sentido político sino, más bien, en plan erótico-festivo.

Y la cuestión es que no, no me gusta la doña lo que se dice nada. He de reconocer que tiene un discurso, dentro de lo sectario que pueda resultar, bastante compacto, y eso es un punto a favor, pero es que luego, no sé, me parece una mujer más bien basta. Y eso, pues como que no.

Pero es que después, pensándolo un poco, el asunto no se reduce a la Pajín. La verdad es que a la mayor parte de las mujeres que componen nuestra clase política les encuentro alguna cosa chunga, más allá del rollo ideológico. De hecho, yo creo que a la única que rescataría ahora mismo es a María Dolores de Cospedal, y quizá a la Espe si hubiera sido más joven. Las demás no me dicen nada de nada de nada.

No sé, ¿vosotros creéis que podría estar reñida la política con la fermosura?.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:12 a. m. :: 0 Recuerdos...

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Refrán

Por muchas frases célebres que hayan podido verter muchos personajes célebres, yo me quedo con el siguiente refrán: Que el hombre es el único animal capaz de caer dos veces en la misma piedra.

Y tres, y cuatro, y cinco, y seis, y las que hagan falta.

Hace algún tiempo que me ronda por la cabeza la idea de, además de reponer la agenda que perdí (que no lo he hecho todavía porque estamos casi a finales de año, y casi parece preferible esperar a los comienzos del año que viene), empezar a escribir un diario. Pero no aquí, ¿eh?, que tampoco es cuestión de ir por ahí uno aireando sus propias vergüenzas.

Nada, un primer capítulo largo recogiendo los casi treinta años anteriores, y luego los días que me sucedan cosas relevantes, en lo anímico, en lo profesional, o en lo que sea. Entre otras cosas, así tendré un registro de la cantidad de veces que me he dado de cabezazos contra una misma pared, con los matices y diferencias que pudieran existir en cada uno de los casos.

También voy a empezar a valorar la posibilidad de un horario como los de los niños en la escuela. Pero no por nada, sino porque, a priori, podría ser una buena forma de pelearse uno contra la soledad; tan buena como el rato que se me va en escribir aquí mis cuatro tonterías.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:12 a. m. :: 0 Recuerdos...

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La crisis económica VII: El multiplicador del dinero de la banca

Bueno, pues voy a escribir este artículo antes de que se me olvide, puesto que explica por qué el sector financiero es distinto de los demás. Puede que mucha gente conozca esto, pero también hay quien no; y es una cosa como para asustarse uno, no os creais.

Supongamos que los bancos estuvieran obligados, por ley, a guardarse el 10% de lo que los ahorradores ingresan en ellos para prevenir el caso de que la gente quisiese retirar sus ahorros de la cuenta (es decir, supongamos que se estima que la confianza de la gente en el sistema es tal que se supone que, como máximo, un 10% de la clientela podría desear retirar sus ahorros en un momento dado). Y supongamos que todos los bancos deciden prestar el 90% restante a los inversores.

Ahora supongamos que me han tocado 100.000€ en la lotería, y que los ingreso en mi banco, al que llamaremos banco A. En base a lo anterior, el banco A destinará 10.000€ a reservas y los 90.000€ restantes para crédito al personal. Ahora llega Pepito, que está deseando comprarse un pisito en pleno centro de Soria, y pide una hipoteca de 90.000€ que mi banco le concede. Entonces Pepito coge y le paga al promotor quien, a su vez, ingresa el dinero en su banco, al que llamaremos banco B, y que destinará 9.000€ a reservas y 81.000€ a préstamos. Por tanto, en la situación actual, la cantidad de dinero existente sigue siendo de 100.000€, pero el capital es de 190.000€ (el dinero existente más el piso de Pepito).

Llega entonces Juanito al banco B, y como resulta que ha encontrado una ganga para meterse en una vivienda de 4 habitaciones que le vende una familia a mitad de precio porque estaban con el agua hasta el cuello, pide una hipoteca por 81.000€. Y el banco B se la da, y Juanito le paga a su promotor los 81.000€, y este los ingresa en un tercer banco, banco C, que destina 8.100€ a reservas y 72.900€ a préstamos. En esta situación, la cantidad de dinero sigue siendo de 100.000€, pero el capital será de 271.000€, correspondientes al dinero existente, más la casa de Pepito, más la de Juanito (en realidad, en este caso concreto sería más por la diferencia de valor entre lo que Juanito ha pagado por su casa y lo que realmente vale, pero eso es tema aparte).

Ahora supongamos que Alfonsito, cliente del banco C, quiere comprarse un Rolls Royce. Pide un préstamo de 72.900€ al banco, este se los da, y Alfonsito va a Rolls Royce y se compra el coche. Y Rolls Royce ingresa el dinero en su banco, banco D, quien destina 7.290€ a reservas y saca para préstamos un total de 65.610€. La situación actual es la de que el dinero existente siguen siendo 100.000€, pero las existencias de capital ascienden a 336.610€.

Y así podríamos seguir la serie hasta el infinito, para terminar encontrándonos con que las existencias de capital en un momento dado son 10 veces superiores al dinero que realmente existe. Y si el porcentaje de reservas de los bancos hubiese sido del 20%, habría 5 veces más capital que dinero, mientras que si hubiera sido del 5%, habría la friolera de ... ¡¡ 20 veces más capital que dinero !!.

Este hecho y, por lo tanto, la confianza de la gente en el sistema financiero, influye fuertemente en el dinamismo de una economía y en la generación de riqueza; por eso el sistema financiero es diferente, y por eso andan todos los gobiernos al quite para intentar que no se caiga. Incluso podría ser importante saber hasta qué porcentaje bajaron los bancos sus reservas en los años precedentes; daría una idea de la magnitud de la crisis, así como de la cantidad de gente cuyo dinero está en riesgo.

Por último, el caso de Juanito es relevante: en ese caso, como Juanito se encuentra con la oportunidad de comprar un bien de un valor X por un precio inferior a ese valor, el capital realmente existente es todavía mayor. También se da el caso contrario: el de quien adquiere vienes a precios superiores a su valor y, en ese caso, el efecto es justo el contrario. Esto ha estado sucediendo durante los años precedentes y, de hecho, durante los venideros se podrán ver muchos casos como el de Juanito.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:12 a. m. :: 0 Recuerdos...

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miércoles, octubre 08, 2008

Aquellos Maravillosos Años II

Bueno, pues volviendo sobre el puente sobre el río Revinuesa, otra de las cosas que recuerdo es que, hace muchos años, antes de que dragaran el río, subían un montón de peces por él. En concreto, truchas, barbos, y otros de otra especie a los que llamábamos bogas, pero cuyo nombre común ignoro cual es. Lógicamente, los más deseados eran las truchas, y en la época de la pesca las orillas del río se cubrían de un olor apestoso porque los pescadores dejaban tirados por doquier todos aquellos peces que cogían y que no fuesen truchas.

Después del dragado, no recuerdo haber visto a nadie pescando por las riberas del río; hubo incluso pescadores que se quejaron; pero claro, a ellos no se les inundaba la casa con el deshielo; y, si se les inundaba, no sería ni por nuestro deshielo, ni por nuestras lluvias ni por nuestro río.

Recuerdo también que la gente del pueblo, especialmente los adolescentes, pescaban también a mano. Y es que las raíces de los árboles que había en las orillas del río llegaban hasta él, y formaban una esecie de malla arbórea en la orilla por la que se colaba el agua, y que siempre estaba llena de peces. Y los mas habilidosos se metían por entre aquel entramado y pez que cogían, pez que volaba tierra adentro por encima de la orilla.

No obstante, era aquella una actividad peligrosa: por un lado, corrías el peligro de quedarte enganchado en la malla de raíces del árbol y no poder salir después, pudiendo perfectamente morir ahogado. Por otro, las terreras, que así las llamábamos, eran también refugio habitual para las culebras de agua, cuya picadura no es mortal de necesidad, pero dificulta por tiempo indeterminado el noble arte de respirar.

Puestos a pescar a mano, era mucho más sencillo hacerlo en los pequeños arroyos de las márgenes izquierda y derecha del río, por los que también subían las truchas (acostumbran ir a desovar en los nacimientos de los ríos), y donde era tan sencillo como estar ojo avizor para ver debajo de qué piedra se había metido la trucha, y luego, con las manos, taponarle todas las salidas hasta que la pudieras apresar. En este caso, nunca alcanzaban la longitud mínima para ser reglamentarias, pero los guardas nunca iban tan arriba.

De todos modos, lo que más recuerdo, y más vívidamente, es el salto de agua que había justo debajo del puente y de la carretera. La base del puente era una gran losa de hormigón y, en su extremo, habría como un metro de altura desde la superficie de la losa a la del agua. Y era de ver a los peces saltando una y otra vez, tratando de alcanzar la parte superior de la losa para continuar remontando el río hacia los lugares habituales de desove.

En aquella época, cuando bajaba hacia las piscinas municipales, me contentaba con mirar el espectáculo de los peces tratando de superar el salto, continuando hacia arriba los que lo conseguían, saltando incansablemente una y otra vez los que no, y exponiéndose todos a ser atrapados por los muchos pescadores que se apostaban en las orillas aprovechando que el obstáculo suponía una mayor presencia piscícola en esa parte del río que en cualquier otra y, por lo tanto, mayores posibilidades de éxito.

Hace unos días, muchos años después, también me dio por pensar en la inefable alegoría de la lucha por la vida que suponía todo aquello, los peces tratando una y otra vez de superar el obstáculo para poder llevar a cabo su cometido vital, y fue entonces cuando se me ocurrió que podía contarlo aquí, en el blog, junto con otros viejos recuerdos de épocas anteriores que quizá también merezcan ser contados. Y por eso empecé esta saga de "aquellos maravillosos años", que empezó con el año de las riadas y que iré desarrollando en lo sucesivo.

Un Saludo.

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lunes, octubre 06, 2008

La Crisis Económica VI: La llegada de la banca de inversión

Bien, como expliqué en el artículo anterior, la aparición de la banca se debió a la necesidad de hacer llegar el dinero de los ahorradores a los inversores; si hubiera que hacerse caso de la Biblia, en el principio era el verbo; y, después del verbo, fue el trueque. Luego se inventó el dinero fiduciario, pero claro, el hecho de que quien necesitase dinero tuviera que buscar quien se lo prestase tenía sus inconvenientes:
1.- Era un sistema muy lento.
2.- Los prestamistas solían terminar llevando mala fama (véase expulsión de los judíos, etc).

Y así aparecen los bancos como respuesta a esa necesidad. Y, claro, su llegada provoca la aparición de nuevos modelos de negocio relacionados exclusivamente con los movimientos del dinero. Y así, del cometido inicial de intermediario entre el ahorrador y el inversor, se llega a la banca de inversión. El funcionamiento de esta es muy simple: recaudar dinero de la gente ofreciendo una rentabilidad X para invertirlo en actividades que ofrezcan una rentabilidad Y mayor que X, de modo que la diferencia, Y-X, es el beneficio obtenido de una operación.

Démonos cuenta de que es un beneficio obtenido con el dinero de otros, y que se deriva del hecho de conocer actividades más rentables.

Un ejemplo de lo anterior es el que se da en las energías renovables: los gobiernos tarifican la venta de electridad eléctrica producida por fuentes renovables a un precio dado. Como consecuencia, la actividad de producción eléctrica por medio de esas fuentes da rentabilidades que rondan el 10% anual (en realidad, es algo más complejo, pero eso ya lo trataré más adelante), de modo que un fondo de inversión que comprase instalaciones de este tipo podría ofrecer, por ejemplo, planes de pensiones al 3% de rentabilidad anual y ganarse un 7% comprando las instalaciones con el dinero obtenido de los contratistas de dichos planes de pensiones.

Dicho esto, veamos cómo encaja la banca de inversión en todo esto. Como dijimos en el artículo anterior, los bancos centrales situaron los tipos de referencia en el 2% en el caso del BCE, y hasta en un 1% en el caso del FED. Esto hace que los bancos comerciales estén dispuestos a ofrecer más dinero con el objeto de poder mantener su actividad, dando entrada a clientes a los que antes no hubieran admitido por su elevado riesgo. Pero claro, todo se paga, y ese mayor riesgo potencial de los clientes hace que sí, el banco les de el dinero, pero a ratios de interés por encima del de referencia (hasta el 8% o así).

Con el tipo de referencia del 2%, la banca de inversión puede ofrecer sus productos con un interés del 3% y encontrar gente dispuesta a invertir, puesto que otros mercados, como los bonos del estado, serán menos interesantes para los potenciales inversores. Si el dinero así obtenido se destina a obtener los derechos de cobro de préstamos a intereses mayores y, además, a largo plazo, resulta que el beneficio es del 5%. Un chollete, vamos. Y eso hicieron, sin preocuparse de quién era el que tenía que pagar esos derechos; supongo que pensarían que si la banca tradicional había concedido el dinero, tendría bien evaluados los riesgos.

La segunda derivada de lo anterior es la siguiente: el tipo de interés del mercado interbancario, al menos mientras las cosas van bien, es el fijado por los bancos centrales. Por lo tanto, también era un chollete pedir prestado a otras entidades para invertirlo en la compra de derechos de cobro de hipotecas subprime, cuyo tipo de interés era mucho mayor. Y ese es uno de los mecanismos por los que una crisis USA puede llegar a Europa, y viceversa.

De este modo, el resultado final es que los bancos de inversión terminaron asumiendo un problema que, en realidad, era exclusivo de la banca comercial. Además, estos, al ver que este tipo de productos se vendía bien, también tratarían de hacer negocio con ello; tanto los bancos comerciales como muchos otros tipos de intermediarios del mercado.

En definitiva, este es el mecanismo por el que se ha llegado a que sea la banca de inversión, y no la comercial, la que quiebre, aparte de uno de los que más ha contribuido a agravar el problema. Lo que sí que no deja de ser notorio es cómo la banca de inversión obtiene siempre los mayores beneficios en aquellos mercados que se encuentran más restringidos, como es el caso de aquellos que se encuentran intervenidos por el estado de alguna manera (en este caso, a través de los tipos de referencia).

Un Saludo.

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sábado, octubre 04, 2008

La Crisis Económica V

¿Falla la ley de la oferta y la demanda?.

Recordando: La ley de la oferta y la demanda afirma que, en un mercado dado de un bien cualquiera, el precio que termina alcanzando dicho bien, siempre que no haya restricciones externas ni a la oferta ni a la demanda, se ajusta al precio en que se iguala el número de oferentes que están dispuestos a vender a ese precio con el número de demandantes que están dispuestos a comprar a dicho precio, de modo que tanto los demandantes que estaban dispuestos a pagar más como los oferentes que estaban dispuestos a vender por menos salen ganando, y son los que finalmente, en un momento dado, constituye el conjunto de actores del mercado de ese bien.

Lógicamente, cualquier oferente va a estar dispuesto a vender a un precio mayor, y cualquier demandante va a estar dispuesto a comprar a un precio menor, por lo que cuando hay factores externos que influyen en el precio del bien, el mercado se ensancha o se estrecha en función del sentido de la variación introducida en el precio.

Pues bien, hay casos en los que esto no es rigurosamente cierto. Por ejemplo, en el mercado de alquiler de viviendas, hay propietarios que dan prioridad a la fiabilidad del futuro inquilino (en pocas palabras, a que el inmueble sea bien tratado) que a la renta que vaya a percibir. Y eso mismo pasa también con los propietarios de parcelas forestales u otros bienes que salen a subasta: la certidumbre de que el bien en cuestión va a ser bien tratado puede pesar por encima del precio que podría alcanzar en el mercado, de modo que puede darse el caso de que, supuesto que el bien se subastase, no ganase la mejor oferta en precio.

Estas "restricciones" a la ley, en realidad, no son tales. Sólo inducen a pensar que, en determinados mercados, no es la variable precio la que se ajusta, sino una combinación de variables.

Sin embargo, existe un caso en que, a priori, puede pensarse que la ley falla per se, y es el del sector bancario. Aquí también existen otra variable además del precio (tipo de interés), y es el riesgo potencial de la operación: un banco no ofrece una misma cantidad de capital a crédito a unos clientes que a otros, ni en las mismas condiciones; siempre prestará el dinero más gustoso a alguien que sepa que lo va a devolver que a alguien de quien tenga dudas.

Haciéndose caso de la ley de la oferta y la demanda, cuando los tipos de interés están altos, los bancos deberían prestar dinero más gustosamente. Sin embargo, no es así, y no lo es por la sencilla razón de que con un capital prestado menor que si los tipos fueran más bajos, el banco alcanza el volumen de negocio deseado, y no tiene ninguna necesidad de incurrir en más riesgos. Y lo mismo es válido en la dirección contraria: a tipos de interés bajos, el banco necesita prestar una cantidad mayor de capital para alcanzar un mismo volumen de negocio, por lo que tiene que incurrir en más riesgos.

¿Fallo de la ley de la oferta y la demanda?; no. En realidad, es muy sencillo. Una bajada de los tipos de interés, haciéndose caso de la ley de la oferta y la demanda, supondría un estrechamiento del mercado porque habría menos oferentes dispuestos a vender. En otras palabras, parte de los actores del mercado tienen que desaparecer. La explicación de esto es que el oferente debe sacar, como mínimo, un beneficio que le permita cubrir sus costes de estructura, y si no lo puede sacar, el mercado deja de ser interesante para él, y desaparece. O se fusiona con otro, que también puede darse.

Pero claro, la bajada de tipos, vista del lado de la demanda, es justo al revés: la cantidad de demandantes de dinero dispuestos a comprar es mayor. Y, desde el lado de la oferta, existe una segunda variable que entra en juego: el riesgo. Cualquier banco de los que sobrarían en el mercado al bajar los tipos estará dispuesto a asumir más riesgos en los créditos que conceda, si eso le permite evitar su desaparición. Y eso es posible porque los clientes potenciales existen; el problema radica en que, claro, un crédito no es un bien que se compra, se vende y ya, sino que tiene un discurrir temporal. Y claro, los tipos pueden volver a subir; y entonces, puede que muchos de los demandantes que se metieron no puedan seguir pagando.

En conclusión, los bajos tipos de interés de los últimos años, establecidos por los bancos centrales, también han jugado un papel importante en esta crisis; papel que, por otro lado, era previsible. Y la lección a extraer es la de que, dado el carácter especial del bien "préstamo", los tipos de interés no pueden bajar por debajo de un umbral mínimo.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:39 a. m. :: 0 Recuerdos...

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viernes, octubre 03, 2008

Aquellos Maravillosos Años

Creo que fue allá por Navidades del 95, o Semana Santa del 96. La verdad es que no estoy seguro ahora mismo, aunque conservo los artículos aparecidos en la prensa local durante aquellos días; lo que sí que me inclino a pensar que sería en Semana Santa del 96, puesto que fue a causa del deshielo.

La cuestión es que Vinuesa se encuentra situado a la orilla de tres ríos distintos: el Duero, el Revinuesa y el Remunicio, aunque el único que pasa por el medio es este último, ya que los otros dos pasan cada uno de ellos por un linde. De hecho, del tercero desemboca en el segundo, y este, a su vez, en el primero (como era de suponer).

El Revinuesa, que capta el agua de todos los arroyos de montaña que hay en el valle de su mismo nombre, pasa por la parte sur del pueblo, cruzando por debajo de la carretera general en su camino hacia el Duero.

La cuestión es que, siendo yo pequeño, el río discurría por su cauce natural y, de hecho, en determinados puntos se formaban pozas donde el río cubría más y la gente podía ir a bañarse. Sin embargo, aquello tenía el inconveniente de que, al llegar el deshielo, el río crecía y se desbordaba de sus márgenes, pudiendo llegar hasta las primeras casas del pueblo. Lo que no dejaba de ser un engorro para sus inquilinos, y razón por la cual, lo dragaron en una longitud de unos 3 kms aguas arriba de su desembocadura.

Pero, pese a todo, aquel año, repito que creo que el 96, la crecida fue tan grande que ni siquiera los muros de contención pudieron sujetarla. El río alcanzó una altura de entre 4 y 5 metros desde su fondo hasta la supeficie superior de la lámina de agua a su paso por la carretera general, y era tal la virulencia con la que bajaba el agua que arrastraba todo lo que pillaba a su paso, desde árboles arrancados a cuajo de sus orillas, hasta piedras de todos los tamaños, e incluso un tractor cuyo dueño debía andar desprevenido (o lo mismo quería cobrar el seguro).

De todos modos, el Revinuesa no fue el único río que se desbordó; todos los arroyos del valle bajaban fuera de sus respectivos cauces, hecho notorio este porque durante unos días las carreteras secundarias y pistas que transcurren por el valle estaban cortadas porque el agua pasaba por encima de ellas en los puntos en que se cruzaban con los arrollos; y, además, después de la riada, caminando por el monte, en las zonas donde los arroyos hacían meandros se veía cómo el agua se había llevado tierra de la parte cóncava de los mismos.

Pero el resultado más salvaje de aquella riada fue que, al quedarse atrapados los árboles que bajaban los ríos entre las luces de los diferentes puentes que hay, llegaba un momento en que estos ya no podían soportar la fuerza del empuje del agua, y rompían. Así rompieron varios puentes de todos los que hay por el valle, incluído el de la carretera general, llevándose un buen trozo de carretera con él.

Con posterioridad, al cabo de un tiempo, se tiró entero el puente que había y se construyó uno nuevo, de modo que, si el antiguo había tenido tres ojos y la barandilla verde, el actual tiene un sólo ojo de orilla a orilla y la barandilla negra. El hacerlo con un único ojo responde a que el colapso del anterior se debío a que los ojos no tenían anchura suficiente como para dejar pasar a los árboles que, al ir acumulándose allí, hacían fuerza contra el puente debido al empuje del agua hasta que este rompió. También se volvió a dragar el río, dado que los muros quedaron completamente destrozados.

Y nada, así sucedieron las cosas durante la que es la peor riada que me ha sido dado contemplar en mi vida. Como anécdota curiosa, decir que al Agudo, visontino universal, un día le dio por bajar al río, después de haber estado toda la noche de juerga, a echarle la bendición al mismo por si así conseguía que bajase la riada. Aunque intuyo que, en realidad, no tenía muchas esperanzas puestas en el buen resultado de su idea.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 10:07 a. m. :: 4 Recuerdos...

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