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miércoles, junio 14, 2006

Chispas II: La energía termosolar de concentración

Bueno, pues ha llegado el momento de contarles a que me dedico.

Yo soy ingeniero por la gracia de Dios y por la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de San Sebastián, perteneciente a la Universidad de Navarra, y por lo tanto, parte constitutiva de lo que se viene conociendo como Opus Dei. Terminé la carrera en 2002 (proyecto incluido), y a partir de ahí me dediqué a continuar en el negocio familiar de la madera. Pero las cosas no me rodaron excesivamente bien (a nivel personal; la empresa iba de cine), y decidí cambiar de gremio para meterme en las energías renovables. Esto fue más o menos en Septiembre de 2005.

Por aquel entonces, el boom de la energía eólica estaba dando ya sus últimos coletazos y empezaban a demandarse nuevos mercados energéticos, puesto que había y hay que cumplir sí o sí con el protocolo de Kyoto. Y lo que estaba en boga en el momento, y sigue estando ahora, es la fotovoltaica conectada a red. Un ejemplo de la misma es el artículo que pongo más abajo, sobre la planta de Acciona en Socuellamos.

Así es que en mi nueva empresa, me dediqué en un primer momento a las huertas solares: promoción y realización de los proyectos de que se compone una huerta solar. Para serles francos, a mi personalmente la fotovoltaica me parece el timo de la estampita, sobre todo habida cuenta de que hay que pagarla 5,75 veces más cara que el resto para que la gente se empiece a animar a instalar. Pero qué le vas a hacer, es lo que te da de comer y no le puedes dar más vueltas. La fotovoltaica se basa en la propiedad de algunos materiales de liberar electrones al incidir sobre ellos la radiación solar.

Al poco tiempo de estar en la empresa, surgió un nuevo mercado, que es el de la termosolar de concentración. El principio por el que se rige es muy sencillo y conocido desde la antigüedad: se trata de concentrar la energía radiante incidente sobre una superficie en una superficie varias veces menor, consiguiendo de ese modo un calentamiento mucho mayor en la segunda superficie. Dicho calentamiento puede ser después utilizado de muchas maneras, pero lo más habitual es transmitírselo a un fluido caloportador que es después empleado en alguna aplicación industrial que requiera de altas temperaturas. Tal es el caso de la producción eléctrica por medio de turbinas de vapor.

La concentración solar se suele conseguir por medio de espejos que hacen que la radiación que incide sobre todos ellos vaya a parar a un mismo punto, que suele ser una superficie negra para absorber mejor (como las camisetas negras en verano). Por dentro del cuerpo cuya superficie exterior es la superficie absorbente se hace circular el fluido caloportador, que es posteriormente transportado al lugar donde deba ser utilizado.

Existen varias tecnologías que consiguen este efecto, y que trataré en posts subsiguientes. La más conocida y empleada es la de colectores cilindro-parabólicos puesto que existen varias plantas en funcionamiento en los USA, dado que durante la primera crisis del petróleo, EEUU invirtió en la búsqueda de alternativas al mismo, y una de ellas fue esta.

Como instalaciones de producción eléctrica dejan bastante que desear si se las compara, por ejemplo, con las nucleares. Sin embargo, su potencial de crecimiento es bastante grande porque los materiales que se emplean en ellas son muy convencionales, y la mera construcción en serie de sus elementos constitutivos supondría una rebaja muy significativa en el precio. La mayor limitación que tienen es, hoy por hoy, las altas inversiones que hay que hacer, que las convierten en instalaciones de alto riesgo, sobre todo a nivel tecnológico.

Son idóneas, a diferencia de la fotovoltaica, en aquellos lugares donde la radiación solar es mayor, puesto que también la producción final será mayor. Sin embargo, presentan el inconveniente de que en el sistema de condensación necesitan agua, lo que no suele abundar en los lugares con buena radiación. También pueden condensar por medio del aire del ambiente, pero la reducción en el rendimiento es considerable.

Otro gran inconveniente es las grandes extensiones de terreno que necesitan, que pueden llegar a las 4 Has por MW. Esto es extensible también a la fotovoltaica, y hace que los lugares idóneos para su ubicación sean los grandes desiertos de la tierra. Claro que estos también son la ubicación idónea para cementerios nucleares.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 8:13 p. m. :: 2 Recuerdos...

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