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miércoles, agosto 30, 2006

Retales de mi Vida IX: Primero de la mañana

Érase una vez ... una carretera. Érase una vez una ciudad maravillosa, situada en una planicie a la sombra de Sierra Nevada, con el frutícola nombre de Granada. Y érase una vez otra ciudad maravillosa, a la vera del Guadalquivir, con nombre de cinturón: Córdoba. La llana para los amigos.

En pocas palabras, érase una vez una carretera, por nombre nacionalcuatrocientostreintaydos, que une dos maravillosas ciudades como lo son Córdoba y Granada. Y érase una vez un municipio, dentro de ese trayecto, con el nombre latino de Baena, dentro ya de la provincia de Córdoba.

Y dentro del municipio de Baena, en cuesta todo él, pasando la mencionada carretera por una especie de vaguada conocida como Llano de la Victoria, érase una vez un bar-restaurante-marisquería, el único que yo conozco con servicio de distribución de gambas cocidas a domicilio. Y érase una vez un pringado como yo que si no es allí, no come. Bueno, eso es un poco mentirijilla, comer, lo que es comer, uno come en cualquier lado. Pero no tan bien como en El Primero de la Mañana.

Así que, ¿qué menos que dedicarle siquiera unos versillos?:

¡Oh! Llano de la Victoria,
Primero de la Mañana;
un redoble de campana,
un camino hacia la gloria;
un pueblo y cien mil historias,
una duda, una certeza,
una jarra de cerveza,
una tapita de gambas.
Un Madrid bailando samba
y una corte sin realeza.

Baena es el cielo,
Córdoba la llana
y tu mi desvelo
prime en la mañana.

¡Oh! Ruta del Califato,
primero cada mañana
con el toque de diana
y un fino de fino olfato;
unas cañas, unos chatos,
un tronío, un gracejo,
un poco de salmorejo
bañado en zumo de oliva,
y una atmósfera exclusiva
como de cristiano viejo.

Baena es el cielo,
Córdoba la llana
y tu mi desvelo
prime en la mañana.

Olivares de Baena
despertando a la mañana,
tan mora como cristiana
y siempre de piel morena,
olivares de la pena
del gentil pueblo andaluz,
despejado cielo azul
de sol duro y despiadado,
manténganme bien cuidado
mi templo de juventud.

Baena es el cielo,
Córdoba la llana
y tu mi desvelo
prime en la mañana.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 2:18 p. m. :: 0 Recuerdos...

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sábado, agosto 26, 2006

Retales de mi vida VIII : Las fiestas de Vinuesa

Bueno, pues hoy les voy a hablar, como prometí, de los dos últimos días de las fiestas de Vinuesa, que son los días 17 y 18 de Agosto. En estos días se suelen hacer festejos populares, del tipo cucañas para niños, tiro al plato, concursos de naipes, etc.

El día 17 se hace también una novillada, que consiste en la lidia de hasta un total de 5 becerros por parte de aquellos valientes mozos que hayan tenido a bien apuntarse al evento. También uno de ellos se reserva para los casados, y es lidiado y finalmente estoqueado por una persona casada, como es de suponer.

Los becerros no son muy grandes, entre 150 y 200 kilos, y desde luego, los toreros no son precisamente lo que se dice "diestros". De hecho, la corrida queda de lo más sui generis, resultando al final bastante entretenida de puro graciosa. Aunque, si les soy sincero, yo hace años ya que no asisto, dado que la plaza, que es portátil (se construye de tablas todos los años), se llena hasta la bandera.

Y llegados al día 18, en este día se celebran dos actos singulares en los que quiero hacer algo más de hincapié.

El primero de ellos es el campeonato de tanguilla en el frontón. La tanguilla es un antiguo juego español consistente en derribar un palito de hierro (tanga) de unos 10 cms de largo por medio de una pieza circular, también de hierro, que desliza por el suelo, desde una distancia que puede ser de en torno a 50 metros. En cada tirada se dispone de dos piezas, de forma que se tira dos veces.

Si se consigue darle a la tanga, pueden suceder dos cosas: que la tanga se quede más cerca de la posición que ocupaba que la pieza lanzada por el jugador, o que sea al revés. Lo primero se conoce como "sobre" y lo segundo como "todo". En el primer caso, la segunda pieza hay que tirarla de forma que se quede más cerca del agujero que la tanga derribada con la primera pieza. En el segundo caso, se vuelve a tirar como si nada.

El "sobre" vale un punto y el "todo" vale dos puntos, de forma que en cada tirada se pueden conseguir 0, 1, 2, 3 o 4 puntos. Durante el concurso se hacen un total de tres tiradas, y aquel que acumula más puntos es el ganador, llevándose como premio un porcentaje de la recaudación inicial (se pone a tanto por jugador) y un trofeo.

El juego en sí es muy antiguo, y hace algunos años era bastante habitual ver partidas en la calle en las que la gente se jugaba dinero bien apostando directamente, bien en el juego, colocando monedas encima de la tanga, a tanto por jugador, de forma que si se hacía "todo" el jugador se llevaba todo lo que había, y si se hacía "sobre" se llevaba la mitad.

Es un juego habitual en la provincia de Soria en general, y también en otras colindantes. Y también habitual en todos los pueblos vecinos y en la propia capital soriana es el acto con que se cierran la fiesta, que es la tradicional caldereta (en soria se hace el Domingo de Calderas en las fiestas de San Juan).

La plato típico de la zona consistente en un guiso de carne oveja vieja hervida con una serie de verduras y condimentos para dar sabor, sólo que en el caso que nos ocupa, la carne de oveja vieja se sustituye por carne de los toros que han sido lidiados el día anterior.

En el caso de mi pueblo, lo que acontece es que el día 18 de agosto, toda la población se junta en el paraje conocido como el regajo, a las afueras del pueblo y bajo la sombra de los pinos, a eso de las 6 de la tarde, para dar buena cuenta de la caldereta preparada por unos cuantos mozos de la localidad que saben de ello.

Algunos de los despojos de los toros, como solomillos y similares, son subastados públicamente ese mismo día por la mañana, y no entran a formar parte del guiso. Esto sucede también en otras localidades, como Soria capital, donde las subastas se efectúan el día del sábado Agés.

Bueno, habitualmente se suele bajar más comida, puesto que como son muchos los que bajan, cada familia debe pasar con una o como máximo dos fuentes de caldereta. Habitualmente, siempre sobra algo. Una vez terminada la comida-merienda-cena, hasta hace un par de años, para los adolescentes, se solía hacer un espectáculo de vaquillas, de forma que podían así "bajar" un poco la comida. Pero a partir del año pasado, o de hace dos, no recuerdo, este espectáculo ya no tiene lugar por falta de fondos.

Y básicamente estas son las fiestas de Vinuesa. Hoy no dispongo de fotos que colgar de estos tres eventos aquí narrados. Si pudiese conseguir alguna, la colgaré.

Un Saludo y disculpen el retraso.

Camino iluminado por Huichilobos >> 3:48 p. m. :: 0 Recuerdos...

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sábado, agosto 19, 2006

Retales de mi vida VII: Las fiestas de Vinuesa

Vaya en primer lugar una disculpa por no haberles ido informando a lo largo de estos días de los diferentes actos de las fiestas de Vinuesa como prometí y tenía previsto. La verdad es que, una vez que te ves metido en el ambiente, se te olvida todo lo demás, y claro, pasa lo que pasa.

Bueno, prosigo con las explicaciones. Como ya dije el otro día, en mi pueblo hay dos cofradías, la de la Virgen del Pino compuesta por gente casada y la de San Roque, compuesta por gente soltera. Ambas están formadas por un total de 50 cofrades cada una, que se van renovando a medida que alguno de los que las integran vaya causando baja. Ambas son de origen religioso - militar, y son las encargadas de llevar a cabo gran parte de los actos de las fiestas durante los tres primeros días. De hecho, esos tres día giran en torno a ellas.

Cada año cada una de las dos cofradías es servida por dos de los hermanos de su lista respectiva, que son, respectivamente, Capitán y Alférez de la misma. Además de ellos, cada cofradía cuenta con un Sargento 1º y un Sargento 2º que, digamos, se encargan de auxiliar a los otros dos en los diferentes actos que tienen lugar a lo largo de esos tres días.

El acto inaugural de las fiestas es, como ya comenté el otro día, la tradicional pingada del Mayo en la plaza mayor (Rey Juan Carlos I) y en la plaza de la Soledad en el pueblo. Con posterioridad a ese primer acto inaugural, se realizan diferentes actos tales como misas de difuntos, ofrendas a la virgen, bailes tradicionales, etc, etc. Podría detallar uno a uno todos los actos que se realizan, pero daría para un artículo muy, muy extenso, por lo que me voy a centrar en el más relevante y representativo de todos, que es el que tiene lugar todos los años el día 16 de Agosto, y que se conoce como la Pinochada.

Antes de meterme con él, añadiré que los tres primeros días de las fiestas están salpicados también de otros actos populares no relacionados con las cofradías, tales como juegos de pelota y fútbol, verbenas, etc. En los dos últimos días (las fiestas duran 5), los actos que se celebran son exclusivamente de carácter popular; ya entraré más en detalle en el siguiente artículo; sobre todo en el último día, que para este año, fue justamente ayer.

Además, añadir que el papel de las cofradías termina el día 16 de agosto a eso de las 8 de la tarde, con la entrega de bengalas, que no es más que la cesión por parte de los capitanes, alférez y sargentos del año en curso de las insignias de las cofradías a sus sucesores del año subsiguiente, todo ello en presencia del párroco.

Bueno, la Pinochada es, para muchos visontinos y también para muchos visitantes, el acto central de las fiestas de Vinuesa. Su origen se remonta a hace más de dos siglos, cuando Vinuesa se encontraba en "guerra" con la vecina Covaleda debido a una serie de terrenos situados en el límite entre ambas cuya propiedad no estaba muy clara, y donde se supone que unos pastores de Vinuesa habrían encontrado una efigie de la Virgen del Pino.

Aparentemente, Covaleda reclamó la propiedad de la misma por encontrarse en terrenos, según ella, propios, y así comenzó la batalla. Y por lo que se ve, cuando todo pintaba más bien negro para los intereses de los visontinos, aparecieron todas las mujeres del pueblo armadas con palos y ramas de pino a poner orden en el desaguisado, y así se ganó la guerra. Aunque la resulta de la misma fue más bien nefasta para Vinuesa, puesto que nos quedamos con la estatuilla, sí, pero adivinen quien se quedó con los terrenos. En eso mi pueblo es como una casa de putas, puesto que la mayor parte del terreno que la circunda no le pertenece. En fin.

Bueno, pues a partir de aquel año, en conmemoración de dicha batalla, se celebra el acto de la pinochada. En él se hace una simulación de lo que fue la batalla con dos grupos de cofrades dando vueltas alrededor del mayo y parando de vez en cuando a simular que se están sacudiendo. Todas las mujeres del pueblo que así lo deseen están rodeando la escena vestidas con el traje típico de piñorra del pueblo y armadas con pinochos que previamente han sido bendecidos.

Entonces, en un momento dado, la gresca entre los cofrades del interior del círculo de mujeres queda en suspenso, y todas ellas entran en escena a dar de pinochazos a los pobres cofrades. La cuestión es que, además de eso, durante un buen rato, las mujeres tienen derecho a sacudir pinochazos a todo hombre que se cruce en su camino. Y este está en su derecho ... de no decir ni mús.

Pueden encontrar más información en:
www.vinuesa.es
http://personal.redestb.es/eb1bcg/fiestas_patronales/la_pinochada/la_pinochada.htm
http://www.soria-goig.org/magica/magica_03.htm

Las fotos en las webs muestran imágenes del traje típico de piñorra, así como del acto de la pinochada; yo por mi parte he intentado subir alguna de las que tengo, pero no sé por qué, no consigo subirlas hoy. Mañana les aburriré otro poco con los actos de los dos últimos días, 17 y 18 de agosto, por hoy yo creo que ya tienen bastante.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 1:12 p. m. :: 1 Recuerdos...

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lunes, agosto 14, 2006

Retales de mi Vida VI: Las fiestas de Vinuesa

Como ya dije hace tiempo, en el primer artículo de la saga retales de mi vida:

Me parieron las entrañas
del verde pinar soriano,
entre tupidas montañas
de nevado manto blanco.

Lo del manto blanco responde a que yo nací tal día como un once de diciembre, y aunque ahora ya no es así, o lo es cada vez en menor medida, por aquel entonces nevaba de lo lindo en mi Vinuesa natal. No en vano se encuentra a 1000 metros de altitud, encajonado en el valle del Revinuesa, en la desembocadura en el Duero del río del mismo nombre. Por eso mismo, aquí estoy otra vez intentando vender a mi pueblo que, francamente, poca venta necesita, pues es tan bonito por si mismo que poco más se puede decir que no diga una buena foto del mismo:



Hoy, día 14 de agosto, comienzan las fiestas patronales en honor de la Virgen del Pino y San Roque, y dentro de un rato me desplazaré allá para estar con mis paisanos celebrando esta reunión que tenemos todos los años. La duración de las mismas es de 5 días, aunque por motivos personales, yo sólo estaré en los tres primeros. Si bien, se puede considerar que con ello puedo dar por cumplidas mis obligaciones, ya que son los más tradicionales.

A lo largo del calendario, la vida del visontino está plagada de diferentes festivididades relacionadas con tradiciones más o menos antiguas. De todas esas festividades, la más larga, más celebrada y de más solera son las fiestas patronales que tienen lugar, así como en muchos otros pueblos y ciudades de España en torno al día 15 de Agosto, consagrado a la Virgen María, que en el caso de Vinuesa está representada por la Virgen del Pino. Esto es debido, como es lógico, a todo el pinar que rodea el municipio, cosa que no deja de tener un cierto cinismo, puesto que la mayor parte del mismo no es propiedad de Vinuesa pese a ser el municipio más cercano, si no a Soria, a la Mancomunidad de los 150 pueblos y también al vecino municipio de Covaleda, por motivos que explicaré en otro momento.

Las fiestas tienen un marcado carácter religioso y también militar, puesto que están ligadas a dos cofradías de origen militar, que son la cofradía de la Virgen y la cofradía de San Roque. La primera de ellas está destinada a personas casadas y la segunda a personas solteras. Cada año que pasa es uno de los hermanos cofrades el encargado de servir la cofradía, teniendo una serie de obligaciones a cumplir para con el resto de hermanos. Ambas tienen un número limitado de plazas, por lo que no todos los vecinos del pueblo son cofrades. De hecho, durante muchos años los puestos de las cofradías han sido copados por descendientes de antiguos habitantes de la villa que no vivían en ella, pero que o bien venían a veranear, o bien hacían lo justo por mantener sus privilegios.

Esto, como muchas otras cosas más o menos injustas que han sucedido y continuan sucediendo a lo largo y ancho de nuestra geografía, encuentra su origen en el clasismo y el separatismo imperantes durante los 40 años de la dictadura franquista. Hoy en día, cada vez son más los habitantes residentes en el pueblo que llenan las listas de las cofradías.

Al igual que en San Fermín en Pamplona comienzan las fiestas con el Chupinazo, el comienzo de las fiestas de Vinuesa lo marca la tradicional pingada del Mayo, que es una tradición común a la mayor parte de los municipios que conforman la comarca de Pinares, en el norte de Soria, si bien, en muy pocos de ellos se sigue haciendo, como se hace en Vinuesa, a la manera tradicional: por la fuerza bruta (ver imágenes).


El mayo es un pino esbelto y alargado, que puede llegar a medir unos 25 metros de longitud y tener un volumen de en torno a 1 metro cúbico (lo cual significa que puede pesar hasta más de una tonelada), y que es izado hasta su posición vertical en la plaza mayor del pueblo en primer lugar, y otro mas en la plaza de la Soledad en segunda instancia. El segundo suele ser más pequeño.

El pino que se pinga en la plaza mayor es escogido en el pinar por parte del mayordomo de la cofradía de la Virgen. El que se pinga en la plaza de la Soledad es seleccionado por el mayordomo de la cofradia de San Roque. De ahí que el segundo suela ser de un tamaño inferior.

La forma de hacerlo es la siguiente: en primer lugar, el alguacil del pueblo recorta lateralmente la base del tronco del pino hasta hacerla del tamaño del agujero en que después irá encajada. Posteriormente, el pino es izado a mano entre unos cuantos mozos y colocado de forma que apunte al agujero.

Mientras los mozos lo mantienen levantado, se le meten por debajo las tres primeras aspas. Las aspas son en realidad pinzas formadas por dos maderos que se cruzan a una altura determinada, de forma que permiten enganchar el pino por la parte de arriba, mientras desde abajo pueden ser empujadas por unos cuantos mozos voluntariosos. Las tres primeras permiten sujetarlo embocado al agujero, así como dar los primeros empujones hacia arriba.

Lógicamente, el pino no se iza de un sólo golpe, sino en unos cuantos golpes que deben ser muy precisos para que no se venza hacia ningún lado y su colocación final sea correcta, por lo que siempre hay un "maestro de obras" indicando qué pinzas son las que deben empujar y cuanto. A medida que el pino va ocupando posiciones más elevadas, van entrando el resto de pinzas, hasta completar un total de 5 (para cuando entra la quinta, la primera se retira), y se continua izándolo poco a poco hasta que da el coletazo final y se termina instalando en el agujero.

En el momento de dar el coletazo final, suele sufrir oscilaciones, que se suelen sujetar por medio de las pinzas por la parte de atras, mientras que se emplean cuerdas atadas a la picota del mayo para contrarrestar el resto de oscilaciones y para sujetarlo finalmente en posición vertical a diferentes balcones de la plaza. La misma operación es repetida en la plaza de la Soledad para el mayo de los solteros. Las cuerdas, como es de suponer, habían sido colocadas y puestas en posición previamente a comenzar la pingada.

Hasta aquí la parte correspondiente a la pingada del mayo, que es el acto que dentro de poco más de una hora dará comienzo a las fiestas de Vinuesa. Si fuese buen mozo visontino, ya estaría allí, presto y dispuesto después de haber hecho fiesta ya desde anoche. Pero como no lo soy, este año me perderé la pingada en detrimento del resto de brazos que tendrán que suplir la parte del esfuerzo que habitualmente recaía sobre mis brazos.

A lo largo de los días subsiguientes iré relatándoles más cosas de las fiestas de Vinuesa. Creo que para ir abriendo boca, este artículo ya es lo suficientemente largo como para seguir cargándolo más.

Un Cordial Saludo Visontino.



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miércoles, agosto 02, 2006

Retales de mi vida V: El Puente Romano


Bueno, pues la cuestión es que un buen día, los romanos, que eran gente muy comunicativa y por eso andaban continuamente comunicando una parte de su imperio con la otra, decidieron pasar una calzada que uniese Sagunto, en lo que hoy es Valencia, con Finisterre, en lo que hoy es La Coruña. Y claro, esa calzada, como no podía ser de otra manera, pasa por Vinuesa.

De hecho, tanto es así que todavía quedan trozos de esa calzada en el pueblo; bueno, no en el pueblo, sino en el monte, entre Vinuesa y Molinos de Duero. De hecho, hay una roca en la que todavía se conserva una inscripción romana.

Durante la construcción de la citada calzada se encontraron con un pequeño handicap (que entonces no se decía handicap, sino de una manera que no ha trascendido hasta nuestros días; los tiempos cambian que es una barbaridad). El mencionado handicap era que tenían que pasar el río Duero.

Al principio pensaron que como el río estaba casi reción nacido, lo podían cruzar a chape y fuera mal tiempo, pero después de un par de constipados y tres o cuatro congestiones nasales, decidieron que a aquello había que buscarle una solución. Y entonces se reunieron en comité todos los vecinos del pueblo, en aquel entonces Visontium, y una comisión de sabios independientes enviada desde distintos rincones del imperio, el más lejano Memphis, situado en aquellas exóticas tierras por las que más adelante no llegaría a pasar nunca Marco Polo.

Tras varias horas de deliberación y profunda meditación, sobre todo por parte de los sabios, que para eso eran sabios y sus buenos sextercios se llevaban a casa, finalmente se levantó uno de los vecinos, hombre de mundo él que había viajado mucho e incluso había llegado a ir hasta Numancia, y dijo: "oigan, que en algunos sitios yo he visto que les han puesto unos artilugios que pasan por encima del río y no hay que mojarse los piés". Vamos, no daba ideas, presentaba alegaciones.

La cuestión es que los sabios se enfadaron tanto que ordenaron decapitar al depravado contestón y se largaron a sus respectivos lugares de origen. Un mes después comenzaban a construir un puente. El desgraciado que le dio por dar la idea ... nunca se llegó a saber si había sido él de verdad, e incluso consta que la decisión fue definitivamente propuesta y adoptada por una comisión de sabios independientes.

Pues eso, que el puente se pegó la tira de años dejando que la gente lo pisoteara, pero eso sí, siempre ganándole la batalla al río. Hasta que llegó Franco y dijo: "eh, aquí hay que hacer un embalse". Plan Badajo y todo aquello. Y desde entonces el pobre puente ha pasado más de media vida bajo las aguas del enemigo al que siempre había vencido.

Por eso mismo, y por todos los años en que pasé cerca de él, le dedico no sólo este artículo, sino también el poema en alejandrinos que a continuación reseño:

Caballero de la desgastada dentadura,
eterno paladín del devenir de la historia,
lejanas, olvidadas, quedaron viejas glorias
hoy que de tristeza es el frontal de tu figura.

El viejo compañero, antaño derrotado,
que siempre desde abajo cantó su muda rima
crecióse cuando pudo ponerse por encima
y ahora, imperturbable, tu rostro ha desconchado.

Pero si alguna herida te duele especialmente
es la de los humanos, y no por su estropicio:
dos mil años sin pausa prestándoles servicio
y verte al olvido relegado de repente.


Tus ojos forman parte ya del eterno llanto
que sin contemplaciones arrastra lo que existe,
y sólo ya te queda morir en este embiste
peleando hasta el final del final de tus encantos.

Y llegará ese día en que exhausto te congeles
y exhale tu garganta por fin su último grito,
y en esa fecha infausta en que nacerá tu mito
quizás de mi Vinuesa el corazón se hiele.

Son no pocas las veces que veo ese momento
y agacho la cabeza mirando fijo al suelo,
pidiéndole al eterno me libre del flagelo
de oír ese angustioso, desgarrador lamento.

Por eso a ti que has sido los puentes de mi vida
te dejo en este verso mi amarga despedida.

Un Saludo


Camino iluminado por Huichilobos >> 7:47 p. m. :: 0 Recuerdos...

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