sábado, junio 03, 2006

Bagatelas I: Los hijos de mi amiga pasota

Ustedes no saben, pero yo sí, que después de muchos sufrires, penares y vagabundeares por esos mundos de Dios, mi amiga pasota, que al contrario de lo que su nombre indica, por no pasar no pasa ni de curso, se ha agenciado por fin una pilila portátil en forma de novio. El n-ésimo, con n número natural mayor de 0 y menor de 5.

El caso es que en conversaciones con ella mantenidas en los últimos tiempos, resulta que le gusta tanto el maromo que ya está pensando en la venidera familia que van a constituir; ella, él, y un número indeterminado de hijos que, según sus propias palabras, quiere que sea par y bonito. O sea, 12.

Y lo curioso es que les ha puesto nombre a todos, y si no, vean, vean:

Doce serán, seran doce
hijos de la parejita,
y todos ellos varones
con su lustrosa colita
lo mismo que los leones.

El prime, ya cualquier día,
se llamará Federico,
de agradable melodía
y desenfadado pico.

Al que venga por segundo
bautizarán como Ignacio,
que llorará por el mundo
no haber escrito el prefacio.

Un tal Oscar por tercero
será poeta nocturno,
orador también certero
aunque a veces taciturno.

Después vendrá como Alberto
el cuarto de la manada;
será un querubín despierto,
una auténtica monada.

Y como no hay quinto malo
llamaráse el mismo Pío,
gran sacudidor de falos,
traidor, converso e impío.

Para la media docena
rescatamos a Chemari,
que cantará en las verbenas
tol repertorio del Fari.

Séptimo y también más majo
le toca bregar con Diego
y también con su trabajo:
borrachín y mujeriego.

Octavo viene Santiago
apóstol que más da caña,
que libre no deja un trago
pero siempre cierra España.

Para la hora de nona
le toca el turno a Alejandro,
erudito de tumbonas,
sofás, teles y hasta arradios.

Aunque esto no es una décima
tiene su sitio Joaquín,
de caligrafía pésima
y quizá un poco arlequín.

Once como en un soneto
tendrá como puesto Andrés,
como el genio de Mileto
matemático de bien.

Y el doce y con más pericia
habrá de serlo un tal Hugo:
al curro sin avaricia
y en la mesa buen mendrugo.

Como quiera que a la monja
la ha de cansar tanto niño,
espero que el de la lonja
además de mil lisonjas
reparta también cariño.

Yo no me canso de repetirle que no se lance tanto, que no sea tonta, que no se aferre al 12 que el 16 es más bonito porque es potencia de 2. Pero no me hace caso. Es muy testaruda mi amiga pasota. En fin, si lo tienen a bien, ayúdenme a convencerla a través de las respuestas a este post.

Un Saludo.
Camino iluminado por Huichilobos >> 2:36 p. m. :: 0 Recuerdos...

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