AztecWorld

jueves, octubre 12, 2006

Retales de mi vida XIII: Cazorla

Hay un libro del catedrático de la lengua Antonio Muñoz Molina que les recomiendo y que lleva por título "Sefarad". En mi caso, recuerdo que el día que lo terminé iba de viaje de Murcia a Madrid en un Eurobus para luego continuar viaje a Soria, y que llegado a la estación del Sur, me bajé del autobús y me dejé el libro adentro. Era una edición de bolsillo, luego la pérdida no fue tan dolorosa, y siempre queda la posibilidad de hacerse a la idea de que a alguien le aprovechará. A fin de cuentas, yo ya lo había terminado.

El libro se compone de una serie de capítulos inconexos de forma que cada uno de ellos narra una historia diferente, aunque a veces se haga referencia en algunos de ellos a alguno de los anteriores. Y versa sobre las vidas de aquellas personas que por unos u otros motivos han tenido que abandonar su patria y pasan a convertirse en personas anónimas que vagan de acá para allá en busca de algo que suponga la deseada pausa de continuidad en su ciclo vital. Especialmente cuando
su desgracia lo es por motivos políticos.

La foto que pongo más arriba y a la derecha es del río Guadalquivir en los albores de su curso, es decir, poco más tarde de haber nacido en la Sierra de Cazorla. Paradójicamente, el nacimiento del Guadalquivir y el del Segura apenas sí distan el uno del otro, pero mientras el primero es navegable en gran parte de su tramo final, el segundo está a un paso de convertirse en una de esas vaguadas áridas y tristes por las que en un tiempo pasado discurría un río.

Pero bueno, eso no dejan de ser avatares del tiempo, de la geografía, de los movimientos humanos y, en menor medida, de la política, que no vienen a cuento en este artículo.

La foto que figura a la izquierda de este texto se corresponde con el municipio de Cazorla propiamente dicho, en la provincia de Jaén, a los pies del sistema montañoso del mismo nombre y a escasos 50 kms de la Úbeda natal, patrimonio de la humanidad, del propio Antonio Muñoz Molina entre otras grandes figuras de nuestras letras y música.

Cazorla no puede ser considerado un retal de mi vida propiamente dicho, puesto que la primera vez que la visité fue el último fin de semana, y más concretamente el día 8 de octubre de 2006 y sólo durante poco más de una hora. Pero sí lo puede ser desde el punto de vista de que es el pueblo natal de mi abuela paterna.

Hace ahora unos 65 años, una familia de arrieros compuesta por padre, madre, tres hermanos varones y dos hembras, el mayor de ellos con no más de 20 años, tuvo que emigrar del pueblo de la foto debido a la falta de trabajo que sobrevino a la guerra civil (eran los primeros años de la posguerra). Pasaron muchas calamidades y penurias hasta que, al fin, pudieron instalarse en la provincia de Soria, y más concretamente, en el municipio de Vinuesa.

Allí es donde mi abuela conoció al que terminaría siendo su marido, un aragonés también emigrado de su tierra en busca de trabajo, e incluso después de casarse todavía tuvieron que dar unos cuantos tumbos más por esos mundos de D-s antes de terminar asentándose definitivamente en Vinuesa, donde terminaría naciendo yo.

Yo, que, en esencia, no dejo de ser a mi vez un emigrante.

Recuerdo también una vez, en un pueblecillo de Francia pasado Mont de Marsan en dirección a Agen, conocí a un hombre bastante mayor. Dormía en el mismo hotel que mi hermano y yo (que estábamos allí trabajando) a cambio de hacerle algunas que otras labores domésticas y de jardinería a los propietarios del mismo.

Había sido asturiano, y de hecho, apenas sí hablaba francés; casi todo lo farfullaba en español con la dueña que, ella también, era emigrada de Zaragoza. Recuerdo que nos contó de cómo, trabajando en una carretera, le hicieron echarse a la cuneta para que pasasen los coches del caudillo, en la única ocasión en que se cruzó con él. Cómo había huído con toda su familia en tren a un campo de trabajo en Francia. Cómo había disfrutado de la primera comida en su nueva patria de acogida, un simple potaje. Cómo había conocido a su mujer y cómo había sido su vida.

Él vivía en Bayona, en las mismas viviendas sociales que se ven una vez pasada la ciudad desde la A-63, y estaba allí unos días porque había ido a ver otra vez al hijo del propietario del campo de trabajo donde le acogieron, en Roquefort.

Lo que más recuerdo es la cara que puso cuando nos dijo exactamente el lugar donde vivía. Por si alguna vez queríamos ir a visitarlo.

No todos tienen la misma suerte.

Vaya este artículo, además de a mis raices, a todos aquellos que han visto transcurrir su vida lejos de la patria a la que aman.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 10:43 a. m. :: 0 Recuerdos...

Escribe o lee los comentarios existentes...

--------------- .o\\O//o. ---------------