jueves, septiembre 21, 2006

Mierda I

Está claro que, tal y como vienen los tiempos, lo suyo es que uno sea un completo desconocedor de palabras malsonantes tales como azadón, hacha, pico, pala, llana y martillo, amén de ser un completo ignorante en lo que al peso y textura de un ladrillo se refiere. Y si encima consigues ver la vida siempre desde el lado de fuera de la barra, entonces eres lo más. Aunque no sepas quien fue Jesucristo ni tengas constancia de la existencia de las calculadoras (ni de los bolígrafos).

El coche, por supuesto, con los faldones a ras de suelo y limando asfalto, sólo faltaba. A ver si has soltado un pastón para andar perdiendo el tiempo perdido. Y cuanto más ruido mejor, que se sepa que estás ahí y que no eres ninguna broma.

Por las noches a echar unos rallies con los amigotes, que ya ni eso del street poker te levanta la moral lo suficiente. O, en su defecto, a perder el tiempo ganado fulminando aliados en el último juego de la play que te compraste, que es supermegachachiguay y proporciona una visión megahiperrealista de la segunda guerra mundial. Además, joé, como eres los nazis y eres muy listo, fijo que te aprendes de memoria qué es lo que Hitler hizo mal. Para por si tu te tienes que ver en su pellejo, que nunca se sabe.

Y por el día venga a pasear el coche por las calles de la city, esa que te conoces tan bien que sabes hasta en qué esquinas se improvisan los top-mantas de sustancias prohibidas de las que esporádica o habitualmente eres un habitual. La música, el no va más en reggaeton y música disco superfashion, a todo volumen para curarles la sordera a los abueletes a los que dejas con un palmo de narices un paso de cebra detrás de otro.

Y todo ello sin más motivación ni objetivo que el de pulular por el mundo dejando pasar las hojas del calendario sin importarte en exceso lo que pueda depararte la siguiente. Más que nada porque tu no naciste para tener preocupaciones ni objetivos ni nada que se le parezca. No, no, qué va; tu naciste para ser un mierda, y a eso te dedicas con todas las fuerzas que eres capaz de desperdiciar.

Y lo peor es que no te enteras.

Y eso que en tu casa sí que lo saben.

Un Saludo.
Camino iluminado por Huichilobos >> 2:37 p. m. :: 0 Recuerdos...

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