jueves, junio 29, 2006

Bagatelas III: DelGoa

En este capítulo les voy a hablar de un colega de Vinuesa que se llama Diego Ángel pero al que todos llaman "el Goa" porque una vez le preguntaron que como quería que lo llamaran y él dijo que así. Vamos, que no es un mote ni nada por el estilo.

La cuestión es que el susodicho ostenta el dudoso honor de ser el primer visontino conocido y vivito y coleando en haber fabricado un libro de poemas, al que puso por título, precisamente, DelGoa. Imaginación al poder. Y por ende, servidor ostenta el dudoso honor de ser el primer visontino conocido y vivito y coleando en haber fabricado un prólogo para un libro de poemas, al que puse por título, precisamente, prologoa. Nuevamente, imaginación al poder.

La cuestión es que la historia del mencionado libro es curiosa, por cuanto yo cerré el trato de mis emolumentos por la parte que me tocaba hace nada más y nada menos que 10 años, cuando aún vivía en Vinuesa. Cumplí con mi parte hace 7, y vio la luz hace tres. En pocas palabras, que fue un parto harto complicado. Y es que no había cirujano con lo que hay que tener para practicar una cesárea en condiciones. Para cefaleas sí, hubo muchos durante los 7 años de parto; uno de ellos, mi colega Serge, al que dediqué el poema Sphynx que aparece unos artículos más abajo.

En lo tocante a mis honorarios, el montante de los míos ascendía a la nada despreciable cantidad de 0 pesetas, como figura en el contrato verbal que establecimos. La cuestión es que con el cambio a Euros, al contrario de lo que sucedió con el café y el tabaco, los mismos se devaluaron, quedándose en 0 Euros, que es menos que 0 pesetas. Y traduciendo a por unidad de fabricación, el beneficio final ha sido de 0 Euros por letra escrita. Pero lo bien que me lo pasé escribiéndolo lo valía, coñe.

No tengo el prólogo completo ya, puesto que hace 7 años que lo escribí, ni tampoco poemas de El Goa, aunque prometo traer alguno para próximos artículos. Lo que sí tengo es el poema que le dediqué en mi prólogo, y que dice lo siguiente:

Quién iba a pensar al verte
que tengas en esa bola
algo más que coca-cola,
humo, serrín vino y ron,
que puedas, con la farola
gris de tu imaginación,
alumbrar esa región
que tanto añora la muerte.
Es compartir tu afición
contigo antes de perderte
inconmensurable suerte.
¡¡ Olé tus cojones, Goa !!.

Como ven, y sobre todo para los que le conocen, digno de su protagonista. También de su autor, aunque, por suerte, no figura en parte alguna.

Saludos.
Camino iluminado por Huichilobos >> 2:50 p. m. :: 0 Recuerdos...

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