AztecWorld
viernes, diciembre 21, 2007
El coche escoba II
No sé hasta qué punto estoy o no faltando a la verdad si digo que la vida es como una carrera.
Por una parte, es evidente que no todos salimos a la vez, y también es evidente que, en un sentido literal, todos llegamos a una misma meta independientemente de cómo haya sido nuestra vida: como decía el gran Jorge Manrique, "y llegados son iguales/los que viven por sus manos/e los ricos".
Pero no es menos verdad que, al menos todos los que somos inconformistas, aunque no sea más que un poquito, sí que nos marcamos una meta en función de nuestro propio criterio, y no sólo eso, también tendemos a compararnos con los demás en términos más o menos cuantitativos, a observar una cierta jerarquía, a competir, a admirar, a envidiar, ...
Y también, en muchas ocasiones, nos apoyamos en otros igual que hacen muchos ciclistas cuando están subiendo un puerto, o nos paramos un momento en el arcén a descansar. O elegimos la parte del pelotón en la que queremos estar, si es que somos capaces de seguir el ritmo. O, por último, tiramos la toalla.
En fin, hay muchos aspectos en los que la vida, tomada desde un punto de vista individual, puede perfectamente ser considerada una carrera. Algo así como una cronoescalada; como si al nacer pudiésemos elegir el punto de la etapa al que queremos llegar, y dedicásemos el resto de la vida a intentar alcanzar ese punto, haciendo, o tratando de hacer, en cada momento, aquello que consideramos más útil para alcanzar el objetivo.
O, al menos, así debería ser; quizá lo que falte en la sociedad de la vigésimoprimera centuria sea precisamente eso, el no saber exactamente qué es lo que se quiere, dedicándonos a vagabundear como almas en pena; o quizá esto no sea más que una elucubración mía.
En cualquier caso, lo que sí está claro es que dentro de una misma generación existe, a todos los niveles, una cierta jerarquía, dentro de la cual, hay maneras de ser superiores e inferiores (a nuestro criterio), y que tendemos tanto a juzgar a los demás como a compararnos con ellos en función de esa jerarquía. Y que, en ese sentido, la vida sí es una carrera; al menos con el resto de gente de nuestra generación (no tendría sentido compararse con los de otra generación, ya que la perspectiva histórica no es la misma).
Un Saludo.
Camino iluminado por Huichilobos >> 11:44 a. m. ::
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