AztecWorld
miércoles, octubre 10, 2007
El atentado de ayer
En primer lugar, mi modesta opinión sobre un par de observaciones que apuntaban ayer los medios de comunicación.
Había y hay quien afirma que el objetivo del atentado era el escolta y no el concejal de Galdácano (que no Galdakao; si se habla en español, se habla en español, y si no que se hable todo en Euskera). Yo creo que si eso fuese así, habrían puesto la bomba lapa en la parte delantera del coche, y no en la trasera donde habitualmente se sentaba el concejal.
Cabe preguntarse: "¿Entonces, por qué atentaron cuando estaba de vacaciones?". Pues muy sencillo: porque no lo sabían. En mi opinión, a pesar del enorme balón de oxígeno proporcionado por los imperdonables errores del ejecutivo ZP, ETA no ha sido capaz de eliminar del todo la descoordinación en que la sumió el acoso y derribo por parte de los ejecutivos de Aznar a la luz del pacto antiterrorista.
Esta misma explicación es válida también como razón por la que creo que ha sido la propia banda, y no la kale borroka como apuntan algunos, la autora material del atentado. Lo que no quita para que considere a ambas formaciones, juntamente con Batasuna, LAB, Gara y otros, parte de un mismo montón de ciemo.
Paso ahora a valorar (por no decir lamentar) la labor de los medios de comunicación, y más en concreto del que tuve a bien ver, que es el de Pedro Piqueras en el informativo nocturno de Telecinco.
Así, me llamó poderosamente la atención el especial énfasis en subrayar la actitud del escolta. Parece como si en determinados medios, y en especial los de izquierdas, cada vez que sucede una tragedia tuviese que haber un coro de plañideras llorando por las esquinas, oye. Supongo que para alguien cuya profesión no entraña riesgo alguno debe de resultar sorprendente la sangre fría con que algunos enfrentan los avatares de las suyas. Claro, que en el caso de Tele5, después de la que montaron cuando lo de José Couso, reportero de guerra, tampoco es muy de extrañar.
Es evidente que para ejercer determinadas profesiones, o se está muy necesitado, o se tienen bien puestos, o una mezcla de ambas; lo que, probablemente, conduce a que el asunto de la propia muerte se vea de otra manera, más como parte del juego (aunque no desde el punto de vista de los familiares ni de la sociedad, claro). Y en el caso de los escoltas, yo pondría la mano en el fuego a que la inmensa mayoría viven con el fatalismo de estar a la expectativa del día en que les vaya a tocar la china. Así que no sé de qué se extraña el señor Piqueras. Si todos fuéramos hermanitas de la caridad, no harían falta escoltas.
El segundo, y más bochornoso, es el tratamiento que se dio del hecho de que el coche bomba se encontrase adyacente a una zona verde frecuentada por menores. Que parece ser que para la próxima, sería conveniente que la banda llamase previamente al parque de bomberos, al ayuntamiento y a protección civil para ver donde puede colocar la bomba. Que menuda desfachatez no dar importancia a semejantes detalles, oye.
Y cuando uno ya no sabe si reir o si llorar es cuando, por la tarde, se lían a preguntar a la gente que va al parque con los niños, mujeres en su mayoría (detalle circunstancial que carece de importancia). Más que nada porque uno los escucha hablar y se queda con la sensación de que es como si aceptasen y comprendiesen el atentado, pero, eso sí, no en cualquier parte, por favor. Una cosa como lo del "seguro que algo habría hecho". Y todo ello con la connivencia del entrevistador y emitido a toda la nación.
¡¡¡ Que estamos hablando de un atentado, coño !!!.
Sociedad.
Un Saludo.
Camino iluminado por Huichilobos >> 7:22 a. m. ::
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