AztecWorld

jueves, septiembre 13, 2007

Sin Título

Me dijiste:
“ya no es posible, mi amor,
no queda tiempo”;
fue tan triste
el sonido del adiós
que aquel momento
en lo más hondo de mi ego
quedó grabado con fuego.

No quisiste
volver ya la vista atrás,
a lo pasado.
¡Qué despiste
no haberte dicho jamás
que es a tu lado
el lugar en el que encuentro
lo mejor que llevo dentro!

En mi mente
no existe una sola imagen
que no enseñe
la última etapa de un viaje
que me hundió
en este amargo presente.
Y aunque intente,
iluso, mi corazón,
suponer que no estás muerta,
sólo tengo una impresión:
que definitivamente
no volveré a verte cerca,
porque en la tarde de hoy,
cuando has cerrado la puerta,
se me ha parado el reloj.

Te llevaste
contigo mi corazón
y mi futuro;
olvidarte,
perdida ya la ilusión
de tan oscuro
como se quedó mi mundo,
es sueño de moribundo.

Me dejaste
en el fondo de un tazón
de agua de mar;
del desastre
ni un pellizco de razón
pude salvar.
¡Si antes de morir pudiera
verte un instante siquiera!

En mi oído
resuenan lúgubres ecos
del sonido
que vacío, solo y seco
me dejó
frente a un imposible olvido.
Y aunque pido,
desolado, a mi razón
que intente estar bien despierta,
dice en la declaración
que firmé tras tu despido
que moriré a ciencia cierta.
Pues paró mi corazón
cuando, al cerrar tú la puerta,
paró también mi reloj.

Un Saludo.

Camino iluminado por Huichilobos >> 12:01 p. m. :: 0 Recuerdos...

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