domingo, enero 14, 2007

Somos únicos cargándonos tradiciones

Ná, que vengo del estanco de comprar tabaco (uno es parte de la población española fumadora activa y pasiva también) y unas chinchetas para decorar mi cubículo, y me ha dado por recordar que este año es la comunión de mi prima Alejandra.

Y claro, como quiera que yo soy el padrino, aparte del regalo, que aún no sé si le soltaré una pasta o le compraré un telescopio, tradicionalmente me correspondería también comprar los puros para después del gasto.

Pero claro, ahora resulta que, con la ley del tabaco, lo más normal es que en un restaurante con capacidad suficiente para todos los que seremos (unos 50) no se pueda fumar, con lo cual, no tiene sentido comprarlos.

Y claro, hasta cierto punto, puedo decir que la medida me favorece: la factura prevista iba a ser dolorosa. Pero claro, luego piensa uno en lo bien que sienta un buen puro después de un ágape en condiciones y ... qué carajo, el asunto lo merece.

Supongo que, en mi caso, los terminaré comprando de todas maneras, pero ya me gustaría a mi saber hasta qué punto no se ha perdido ya esa tradición. Como la de sustituir a los Reyes Magos por el orondo nórdico insufrible (bueno, los más gastosos celebran ambas cosas).

Por cierto, que ahora que lo pienso, todavía no le he comprado regalo. Pensaba regalarle una flauta. A ver si el próximo fin de semana ...

Saludos.
Camino iluminado por Huichilobos >> 11:05 a. m. :: 0 Recuerdos...

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